sábado, 18 de mayo de 2013

Jeans, Blusas y Camisas

HISTORIA DEL JEANS

El pantalón es de origen Celta. Su historia se remonta a hace 2.600 años. La primera en querer introducir los pantalones como uso femenino fue la feminista Amelia Bloomer quién diseño una falda a la altura de la rodilla que se usaría con unos pantalones anchos debajo, inspirada en el traje tradicional turco. Prenda que no tuvo aceptación porque el movimiento feminista en esa época era considerado como una amenaza. En el siglo XIX lo usaban las mujeres para pasear en bicicleta; eran unos bombachos ceñidos a la rodilla. En 1880 en Estados Unidos las mujeres usaban falda pantalón para montar a caballo.
El uso generalizado del pantalón en la mujer se lo debemos a la guerra. Se necesitaba a la mujer para trabajar en labores antes solo para hombres y se le dotaron de uniformes y overoles antes usados solo por hombres. Cuando las mujeres regresaron al hogar y después de probar la comodidad de unos pantalones lo hicieron parte de su atuendo. Fue Coco Chanel quién le dio un toque femenino y lo popularizo en todas las clases sociales.

 HISTORIA DE LA BLUSA

Las blusas raramente formaban parte del guardarropa de la mujer hasta los años 1890. Antes de entonces, eran ocasionalmente populares para el uso informal en los estilos que asemejaban la ropa campesina o tradicional, tal como la camisa de Garibaldi de la década de 1860.
Durante la época victoriana más tardía, las blusas llegaron a ser comunes para un uso informal, práctico. Una blusa simple con una falda llana era el vestido estándar para la mano de obra (no-doméstica) femenina nuevamente ampliada en los años 1890, especialmente para los empleados en trabajo de oficina. En las décadas de 1900 y 1910, blusas elaboradas como la blusa de lencería (así llamada porque fue adornada pesadamente con cordones y bordados en un estilo restringido antes a la ropa interior) y la blusa Gibson Girl  con plisados, llegaron a ser inmensamente populares para vestir de día e incluso para cierto uso informal por la noche. Desde entonces, las blusas no han dejado de ser un valor fijo en el guardarropa.
En el siglo XV a. de C. las mujeres ya utilizaban blusas ceñidas con un cinturón. Durante varios siglos fue la prenda de las campesinas, y en este siglo se relevó por otra más ligera para acompañar a los primeros trajes femeninos. La aparecieron de las blusas escotadas, en 1913, hizo que se llamasen camisas de neumonía.


HISTORIA DE LA CAMISA

Creada por los griegos en el siglo V a. de C. Desde entonces sus formas, tejidos y colores han ido cambiando constantemente. Fue la prenda de los “proletarios” durante mucho tiempo, por lo que los burgueses la ocultaban, pero actualmente su uso está asociado a la respetabilidad y la elegancia. Como curiosidad, IBM obligó a sus empleados llevar siempre camisa blanca como símbolo de la honestidad de la compañía.
Prenda amplia y ligera, hecha en popelín de algodón, seda, lana, punto, satén, rayón, gasa, raso, tejanas, pana, y un sinfín de géneros ósea de todas clases de géneros y modelos. En el siglo XX se convirtió en prenda exterior de uso común para hombre y mujeres. 
Ha dado nombre también a un tipo de vestido femenino, ”el camisero” que estuvo muy de moda en los años cincuenta.

La camisa femenina, inspirada en la forma masculina camisera y al principio del siglo XX asperece la blusa con los primeros trajes de chaqueta, las blusas y camisas, se utilizaban como prendas interiores del traje, en colores blancas, pasteles suaves y con bordados.
 Su trasformación ha sido una de las prendas más diversa y ha utilizado toda clase de materias, ha ido pareja a los cambios de papel social de la mujer hasta convertirse en la prenda más básica de la indumentaria femenina cotidiana del siglo XX. Durante los años vente y treinta se hacen de seda y popelines para acompañar las faldas y atuendos de sport. La consagración de la camisa como prenda indispensable para las mujeres se produjo durante los años cincuenta en los Estados Unidos, de la mano de “Claire” y en los años sesenta en Europa, cuando “Jean Cacharel” comenzó a realizarlas en colores alegres, telas “Liberty” dibujos indios.
 La camisa, tal y como la conocemos en la actualidad, data de principios del siglo XX en nuestro país, aunque a finales del XIX, ya se registró en Inglaterra la primera camisa abotonada (es decir, con una fila de botones de arriba abajo).